El plan de rescate ha sido rechazado por un estrecho margen, al alcanzar sólo 205 votos de los 218 necesarios en Cámara de Representantes estadounidense.
El rechazo en el Congreso estadounidense del plan de rescate, siembra de incertidumbres la ya por sí gravísima crisis a que se enfrenta la primera economía del planeta, cuyo contagio se ha extendido al continente europeo y en mayor o menor medida, al resto del planeta.
Un núcleo muy numeroso de congresistas republicanos, a pesar de haber prometido su voto al presidente, rompió su palabra y rechazó el plan.
Ahora cada minuto cuenta, pues la disolución de las cámaras es inminente y será necesario un esfuerzo conjunto de todos los implicados para salvar el plan in extremis.
Paradójicamente Henry Paulson, secretario del Tesoro estadounidense, ha encontrado muchas menos trabas a su plan en el lado demócrata, que entre sus propios correligionarios los republicanos, que son los principales responsables del fracaso sufrido hoy en el congreso por la administración del presidente George W. Bush.
Es probable que los congresistas republicanos hayan actuado presionados por los votantes de sus circunscripciones, muchos de los cuales ven con malos ojos un plan de rescate de las instituciones financieras, sufragado con impuestos de los contribuyentes. El hecho es demostrativo de una falta de formación lamentable en tan altos representantes populares, que deberían haber sabido explicar a sus votantes, que representaba un paso adelante, pues dejar colapsar las instituciones financieras supondría la ruina para sus propias comunidades, negocios y familias.
Todavía no se ha entrado en el estado de pánico irracional, y confiamos que los próximos días resultaran cruciales en la búsqueda del necesario consenso.
Seguiremos muy atentos los acontecimientos, en los que todos nos jugamos tanto.
Macrons, analista macro y colaborador de Bolsa General.
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