Agencias.
«Sería imprudente trasladar a la sociedad que no ha pasado nada, porque sí ha pasado». Así de contundente se mostró Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, en su intervención ayer en el Senado en la que expuso su visión sobre la crisis «subprime» y sus posibles consecuencias sobre la economía española.
«No obstante -prosiguió Fernández Ordóñez- también sería irresponsable adelantar sus consecuencias ahora, sin tener datos suficientes». Así, el gobernador afirma que, aunque es pronto para conocer las consecuencias de las turbulencias internacionales, lo «más probable» es que en España el consumo privado y la inversión en vivienda no se desvíen «bruscamente» de su «gradual desaceleración». Todo ello se producirá en un entorno de «previsible» mantenimiento de un ritmo «robusto» de creación de empleo y de aumento de la población. A su juicio, el cambio de ciclo inmobiliario, «que parece estar ya en marcha», moderará la inversión en construcción, si bien los otros componentes de esta variable (obra civil y edificación no residencial), «podrían mantener cierta pujanza, lo que aliviaría el impacto negativo de la vivienda sobre el crecimiento». Fernández Ordóñez señaló que la inversión empresarial será el elemento «más dinámico» de la demanda interna, aunque «es difícil que mantenga los ritmos tan elevados de crecimiento actuales», por lo que «difícilmente podrá contrarrestar la ralentización del gasto familiar».